lunes, 25 de agosto de 2008

Ojala que la Tierra me convierta en arbol




Tal vez hoy me acaricie el viento,
o quizás pase la luna por mi ventana,
o las cenizas de mis ancestros me guíen.
Tal vez quiera la Tierra dejar que me convierta en árbol
porque las plantas de los pies me queman.
Siempre caminé como polvo por el desierto
buscando la luz que me calmara esta sed
que arrastro a cada paso.
Ni la sangre del río me aplaca.
Hoy tampoco me hablan las montañas,
será que se cansaron de hacerlo
y su silencio duele más que su furia.
Tal vez mañana sea otro día, o quizás no.
¿Que fue de aquellos lugares donde
se aprendía a vivir?
¿Que pasó con los valles que evoco?
¡Hoy no los conozco!
Quedaron perdidos en su pasado.
¡Que dolor me sube por la garganta!
Ni el pan del recuerdo me calma,
hoy estoy perdido en el último rincón del tiempo.
¡Ojala la Tierra deje que me convierta en árbol!

3 comentarios:

lichazul dijo...

julian

ojalá que la pachamama me recicle árbol a mi también y poder albergar alas que volarán...y mecerme con la brisa


toda una sinfonía de sensaciones has plasmado
y que bien la has ejecutado
enhorabuena!!!

me gusta más leerte acá en tu blog
es más tranquilo y más cercano

Ana Muela Sopeña dijo...

Bellísimo poema, Julián. Los árboles también sienten y aquí se pone de manifiesto perfectamente...

Un abrazo grande
Enhorabuena
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Bellísimo poema, Julián. Los árboles también sienten y aquí se pone de manifiesto perfectamente...

Un abrazo grande
Enhorabuena
Ana